
La Plata: el 8,4% de los locales comerciales se encuentran cerrados definitivamente o en alquiler
24 mayo, 2025
La canasta alimentaria tuvo una variación del 1,5% en mayo y el rubro carnicería fue el que registró mayor incremento
14 junio, 20253J: Una década de lucha y desafíos pendientes

La Plata.- El movimiento Ni Una Menos surgió, el 3 de junio de 2015, en Argentina e impulsó la cuarta ola feminista mundial. Así comenzaba una nueva era de participación feminista, con una participación masiva de jóvenes, con el uso de las redes sociales y con el rescate de la lucha por los derechos humanos y los Encuentros Plurinacionales de Mujeres y Diversidades.
Al cumplirse 10 años desde aquel hecho, desde nuestra área de Género elaboramos un nuevo informe que nos ha permitido adentrarnos en la cruda realidad de la violencia por razones de género en la Argentina y en especial en la ciudad de La Plata. Una problemática persistente que nos interpela como sociedad. El grito de “Ni Una Menos”, que resonó por primera vez hace una década, sigue siendo un faro que ilumina la urgencia de erradicar toda forma de maltrato hacia las mujeres. Las cifras de femicidios y la prevalencia de diversas violencias, desde el control del celular hasta la manipulación psicológica, no son meros números; representan vidas afectadas, sueños truncados y la urgente necesidad de un cambio cultural profundo.
Hemos visto que la violencia de género rara vez surge de improviso; se gesta en la naturalización de conductas que, a menudo sutiles, van minando la autonomía y la dignidad de las mujeres. El control de la vida social, la imposición sobre la vestimenta y la necesidad de justificar cada acción son manifestaciones claras de una relación desigual de poder. Sin embargo, reconocer estos patrones y el
“violentómetro” como una herramienta de detección temprana es el primer paso crucial para romper el ciclo y ofrecer a las víctimas las
herramientas necesarias para pedir ayuda a tiempo.
Es fundamental que como sociedad asumamos la responsabilidad compartida de construir un futuro libre de violencia. Esto implica no
solo condenar los actos más extremos, sino también desmantelar los micromachismos y los estereotipos de género que los sustentan. La transformación de las masculinidades y el fomento de relaciones basadas en el respeto mutuo, la igualdad y la autonomía son pilares esenciales para lograr una convivencia justa y equitativa para todas las personas, sin importar su género.
A continuación, el informe completo:
Nota3j