Por Andrea Rodríguez
Hace seis años salíamos a las calles para manifestarnos públicamente por las desigualdades, las injusticias y los femicidios. Por aquel entonces poníamos la voz por las que ya no la tenían. Buscábamos que nos vieran y escucharan para visibilizar las violencias que transitamos las mujeres, lesbianas, travestis, trans y no binaries. Movilizadas, convocadas y autoconvocadas comenzaba a gestarse el “Ni Una Menos”.
Este 2021, el segundo año de pandemia, conscientes de que el aislamiento social, preventivo y obligatorio es una medida fundamental para reducir los riesgos de contagios, preservar el sistema de salud y cuidar vidas, también es preciso decir que la pandemia no solo ha desnudado las desigualdades que ya existen sino que ha profundizado muchas de las problemáticas. Aumentó la desigualdad económica y la violencia de género. Hay una sobrecarga de tareas de cuidado; aumentó la cantidad de merenderos y comedores; la implementación de la ESI y la barrera en el acceso a derechos sexuales y reproductivos. Todo esto como consecuencia de las desigualdades culturales, sociales, políticas, y desigualdades estructurales.
En ese sentido, la Oficina de la Mujer de la Suprema Corte de Justicia de la Nación publicó cifras que señalan que en 2020 se registró un femicidio cada 35 horas y el total de víctimas fue de 251 víctimas directas en Argentina. En tanto, el Observatorio de Género “Ahora que si nos Ven” revela que desde enero de 2021 al 29 de abril hubo 85 muertes de mujeres por su condición. De las 251 víctimas directas de femicidio 244 eran mujeres cis y 6 eran mujeres trans, mientras que las restantes sólo se pudo notificar que eran mujeres porque sus cuerpos estaban totalmente carbonizados.
Es decir que, entre 2020 y 2021 esas mujeres pasaron el aislamiento lo pasan junto a sus agresores y la OM de la Suprema Corte de Justicia de la Nación demostró que el 74% de las víctimas fueron asesinadas en sus viviendas, casi 3 de 4 en la vivienda que compartían con su agresor. ”Ahora que si Nos Ven” nos dice que el 20% de las victimas realizo al menos una denuncia pero solo el 10% obtuvo una medida de protección judicial.
Estos datos revelan la preocupación y alarma porque demuestra que si bien las mujeres dan aviso a las instituciones estatales, ellas siguen siendo asesinadas y las pocas medidas que se otorgan son ineficientes.
En este marco, cabe destacar que este movimiento histórico de más de un siglo ha pasado por las sufragistas, por el derecho al voto, por la Ley de Divorcio, la Patria Potestad compartida, los Encuentros de Mujeres, esa historia que se comparte, transmite y eclosiona llegando al Ni Una Menos y logra la Ley de Educación Sexual Integral ESI, la de Identidad de Género, la Paridad, la Ley Micaela García, la Legalización del Aborto.
Pero aun así la violencia machista y el patriarcado están presenten y nos siguen matando y seguiremos gritando y visibilizando, poniendo voz a las que ya no están. Somos una marea colectiva, en una red de sostén, sabiendo que es con todes, avanzar para poder alcanzar una Reforma Judicial Transfeminista, por una política integral de cuidados en clave de trabajo y no de género.
Hoy más que nunca decimos basta de violencia contra nosotres, por más de nosotres en lugares de poder y decisión, porque la deuda permanente es con nosotres y nosostras.
Seguimos gritando Ni Una Menos, Vivas Libres y De-sendeudadas Nos Queremos.