No es novedad para esta Sociedad Argentina, que lo atinente a la concreción de la cuota alimentaria por parte del progenitor a cargo de los hijos menores de edad, sigue siendo una enorme deuda. Mucho se ha avanzado, pero la gran noticia aquí es que, desde el Poder Ejecutivo, y no del Judicial, se ha creado una herramienta que viene a echar luz sobre un asunto que siempre es motivo de conflicto y lamentablemente, vulneración sistemática de derechos.
Estamos hablando del Índice Crianza. Este reciente índice, que fue una iniciativa del Ministerio de Economía, trata de un valor de referencia en cuanto al costo que tiene criar un hijo en Argentina, de manera actualizada, y segmentada según rango etario de los menores de edad. Incluye ropa, ocio, traslados, vestimenta, alimentos y la tan ansiada consideración de las tareas de cuidados, que siempre ha sido motivo de controversia.
Al día de hoy, los montos establecidos en lo concerniente a cotas alimentarias, no tenía una referencia más allá de porcentajes respecto a los salarios del progenitor obligado. Esta situación se hacía mucho más compleja, cuando el demandado no tenía trabajo registrado, y a razón de ello es que se recurría para fijarlo a referencias como el salario Mínimo Vital y Móvil, a los montos de alquileres, etc., y dependiendo de cuál fuera la Judicatura interviniente, era esperable tal o cual resultado. Es decir, no había ninguna exigencia legislativa ni referencial para resolver el fondo del conflicto.
De acuerdo a informes realizados por FundPlata, en la Ciudad de La Plata un 51.2% de mujeres que se encuentran a cargo de sus hijos menores de edad, no perciben cuota alimentaria por parte del progenitor no conviviente, y con regularidad sólo el 24.9% y dedican tres veces más de tiempo a las tareas de cuidados.
Según datos del INDEC, en el tercer trimestre del 2022, hubo más de 1.600.000 hogares monomarentales, lo que representa un 11.7% del total de hogares, donde viven más de 3 millones de niños, niñas y adolescentes (NNyA).
Todos estos datos, sirven para demostrar, que la monomarentalidad en nuestro país no es una minoría, que ve vulnerado sus derechos y que, a la hora de reclamar alimentos y cuidados al progenitor no conviviente, se encuentra con un sistema Judicial que no puede dar respuestas concretas, ni eficaces y mucho menos veloces, atento a ala naturaleza del reclamo.
Es por todo ello, que celebramos grandemente, este avance en materia de derechos, que viene a dar Justicia a muchas situaciones críticas de este tipo de familias, ya que existe un número de referencia para establecer los montos de las cuotas alimentarias, y que a raíz de éste enorme avance tengamos cada día una sociedad más justa.