Desde el 18 de diciembre del 2013, y a raíz de una iniciativa de la Asamblea General de las Naciones Unidas, todos los 30 de julio se conmemora el Día Mundial contra la Trata de Personas. Esta conmemoración busca visibilizar dicho flagelo en las agendas de los gobiernos y de la sociedad civil internacional, con el objetivo de concientizar sobre la problemática y los riesgos de no avanzar en políticas públicas y externas que contribuyan a la erradicación de esta forma de violencia. Cabe destacar que entre las múltiples modalidades de trata, podemos señalar las víctimas que son privadas de su libertad, de sus derechos y son “sometidas a situaciones de explotación sexual y laboral, trabajos forzados, servidumbre doméstica, extracción de órganos, mendicidad, entre otras”.
Sobre las medidas adoptadas por los Estados, la ONU advierte que, especialmente las incorporadas por los países en desarrollo, presentan un deterioro. “Las tasas de detección cayeron un 11% en 2020 y las condenas se desplomaron un 27%, lo que ilustra una ralentización mundial de la respuesta de la justicia penal a la trata. La pandemia de COVID-19 también alteró las propias características de la trata, empujándola aún más hacia la clandestinidad y aumentando potencialmente los riesgos para las víctimas al hacer menos probable que el delito llegue a conocimiento de las autoridades. De hecho, el 41% de las víctimas que consiguen escapar de su terrible experiencia acuden a las autoridades por iniciativa propia, otra clara señal de que las medidas de lucha contra la trata se quedan cortas”.
En el caso de Argentina, contamos con la línea 145, que fue ideada para poder denunciar cualquier forma de explotación de personas, comunicándose desde cualquier lugar del país durante las 24hs, los 365 días del año. La línea es atendida por psicólogas y trabajadoras sociales, operadoras especializadas para orientar, asistir y tomar las denuncias que se realicen de forma anónima a través de este
servicio. Asimismo, la línea 145 también cuenta con un sistema de formulario, a través del cual se puede enviar la denuncia, y hasta incluir documentación y/o fotografías del hecho señalado. Luego de la evaluación de un equipo interdisciplinario, cada denuncia es derivada a la justicia; y en caso que la situación sea de emergencia, se asegura la intervención urgente a la fuerza de seguridad
correspondiente.
El Servicio de Detección y Denuncias, Línea 145, está a cargo del Ministerio de Justicia, es gratuita y anónima y -de acuerdo a lo consignado en la página oficialpermite denunciar: a) la existencia de avisos sobre ofertas de comercio sexual o prostíbulos encubiertos que estén funcionando como whiskería, bar, café, club nocturno, casa de masajes o privados; b) la reducción a la servidumbre y/o el trabajo forzado en talleres textiles, trabajo rural o casas particulares; y c) la desaparición de una persona, sin el requisito de esperar 48 horas para hacer la denuncia.
Son muchos los factores que colaboran a que este fenómeno siga vulnerando la vida de millones de personas alrededor del mundo: crisis ambientales y socioeconómicas, conflictos armados, migraciones, desplazamientos por razones políticas y desigualdades en el acceso a oportunidades, entre otros. Aquellos grupos sociales empobrecidos, marginados, discriminados y limitados en el acceso a la
educación, a la atención integral de la salud y a posibilidades de tener trabajos remunerados dignos, son quienes más expuestos quedan a la explotación de los traficantes.
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